Antes de recibir su bicicleta, Paula Andrea Becerra Garcés, de 15 años, caminó por pastos y cruzó un río para acortar su largo camino a la escuela. Paula a menudo se resbalaba y ensuciaba su uniforme. En el invierno, cuando caen fuertes lluvias y el caudal del río crece, corría el riesgo de ser arrastrada las fuertes corrientes. Pero optar por otro camino, evitando el río aumentó en gran medida la longitud de su caminata.
Hoy, el viaje de Paula a la escuela es considerablemente más corto, y llega animada y con suficiente energía para aprender.
En algunos casos, tanto el estudiante como su familia han sido movilizados por el poder de la bicicleta.
Cuando Julián Andrés Jiménez Ruiz, de 13 años, no usa su bicicleta, sus padres la usan para hacer recados. Julian, espera convertirse algún día en maestro, ahora viaja solo 30 minutos a la escuela. Y tiene la energía para ayudar con las tareas domésticas en su tiempo libre.
El proyecto de Postobón no se ha desarrollado exactamente de acuerdo con las directrices en algunas áreas. Pero el informe de campo señala el éxito ya que las bicicletas han empoderado a las familias para mejorar sus vidas.
Sobre la base de este éxito, la compañía tiene un nuevo objetivo: distribuir 2,000 bicicletas al año, para llegar a más familias y poder transformar sus vidas a través del Poder de las Bicicletas.